domingo, 15 de noviembre de 2009

EL HILO DE LA MADEJA


Uno de los principales sectores productivos del Perú que nos han abierto la puertas del comercio con EE.UU. es el algodón en sus variedades pima y tangüis. Sin embargo en los últimos dos años los cultivos de algodón van cayendo. Las campañas que se realizaron en estos dos últimos años no funcionaron. Pues el área de cultivo disminuiría de 105 mil a 30 mil hectáreas.
Si bien, el consumo del algodón en sus formas de fibras, hilados, tejidos y confecciones, marcha en buena cantidad, unos 200 mil hectáreas de procucción. Esto no implica el crecimiento de la producción de la materia prima local. Pues el algodón peruano abastece el 19% del consumo local y el resto es algodón importado (81%). Cinco años atrás la relación de demanda del algodón peruano y el importado eran parejos.
El algodón peruano tiene su única competencia durante los últimos años, al algodón de EE.UU., Federico León, presidente de la Asociación Nacional de Productores Algodoneros (ANPAL),comenta que el empobrecimiento de los productores origina que este año el 50% de las hectáreas sembradas sean “socas”, que es cuando el agricultor solo poda la planta y no la retira con el fin de no comprar semillas. Otro 30% utilizaría la pepa para sembrar el algodón. En ambos casos, los resultados en la calidad son sumamente negativos.
Surgen diversos problemas que enfrenta el cultivo. Pues de la caída de los cultivos en los dos últimos años, la recesión económica está en primer lugar que enfrenta EE.UU. donde llega nuestras confecciones. Uno de ellos es el incremento de la importación de hilado de la India debido al hundimiento de los precios en EE.UU. lo cual ese sector tiene límites al incorporar precios que no son competitivos.
Otro de los problemas es que el algodón estadounidense apareció con cero arancel ya que se dio el tratado de libre comercio.
Otro caso es la suspensión del programa de formalización para el algodón tangüis, que permitía la entrega de un monto económico.
Y también problemas como la informalidad en la comercialización, la baja productividad, el empobrecimiento de los suelos, la descapacitación del agro, la falta de mejoramiento de semillas, etc.
Si bien la tecnología ha permitido a los industriales a manejar las fibras de algodón cortas, estas no tienen buena resistencia como las del algodón pima, es decir son de baja calidad.
Pues de tantos problemas una de las soluciones que se plantean es obligar a los industriales dar información real de los porcentajes de algodones peruanos en la prenda final. Otro es que el gobierno evalúe las políticas actuales en general, no solamente a los cultivos sino a otras importaciones que son parte de la producción del algodón peruano.

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